Si los ojos son el espejo del alma, ciertamente la expresividad del rostro depende, por otro lado, de las cejas que dan identidad, carácter y belleza a la expresión facial.
Con el tiempo, las cejas han experimentado muchas modas diferentes, todas destinadas a aumentar su incisividad y fuerza expresiva.
Desde la mirada más angular y precisa hasta el estilo tupido de los últimos años, las cejas siempre han representado una forma de realzar la belleza de la mirada.
A la mujer de principios del siglo XX le encantaba estar en orden y cuidar sus cejas, depilándolas, cuando era posible, para crear una línea suave. Además, estaba acostumbrada a hacerlas brillantes con aceite de ricino.
Con la llegada del cine, en la década de 1930, las cejas se transformaron en líneas angulares y finas para ser resaltadas con kohl tanto por la necesidad de hacerlas más evidentes como por el deseo de imitar a las divas.
En la década de 1940, las estrellas de cine comenzaron a engrosar las cejas manteniendo la línea arqueada, alargada deliberadamente en la parte final para hacer la mirada más lánguida.
La reina de las cejas de los años 50 y 60 es Audrey Hepburn: gruesa y con forma de alas de gaviota que, sin embargo, no es fácil de usar en todos los rostros.
Mientras que en los 80 las cejas se volvían tupidas y salvajes, en con cejas muy cuidadas y extrafinas.
La década del 2000, en cambio, vio brillar la creatividad: el regreso de los 80 para modelos y celebridades, un estilo, por otro lado, refinado y minimalista para la mujer de todos los días.
En todo esto, sin embargo, una cosa sigue siendo fundamental: las técnicas de tatuaje estético que se utilizan para dibujar las cejas con el dermógrafo y el microblading deben moldearse absolutamente a las formas del rostro y a la expresión facial única del cliente.
No hay moda a seguir, ni un estilo mejor que otro: todo debe partir del estudio detallado del óvalo, la armonía del conjunto, de los ojos y de la expresión del cliente que desea hacerse el tatuaje de la ceja.
Por tanto, es necesario liberarse de las modas y estilos imperantes y decidir qué puede parecer más adecuado y expresivo en cada rostro que se está tratando, realzando su singularidad.
No a la moda, sí al estudio del rostro cuando se trata del tatuaje permanente de cejas.